domingo, 4 de septiembre de 2011

Otro espectáculo para la ciudad que nunca duerme

Todo transcurría con normalidad en el marco de los juegos mundiales de Policías y Bomberos  que se celebraban en la ciudad estadounidense de Nueva York hasta el próximo 5 de septiembre de 2011

En mitad de esta jornada ante la atenta presencia de agentes de todos los orígenes y nacionalidades se produzco una tremenda trifulca entre bomberos y policías españoles.

Alaveses, toledanos, tinerfeños, madrileños y gente de casi todas las provincias de España. Incluyendo a sus colegas catalanes.

Ahora entenderéis esto. 

El grupo  catalán celebró su llegada levantando un "castell" y en cuya cima colocaron una bandera estelada, seña no constitucional  y que utilizan habitualmente los independentistas.

Nada más ver la estelada los grupos españoles comenzaron a abuchear  a los independentistas catalanes gritando "¡ Fuera, fuera !" mientras coreaban cánticos como "Yo soy español, español, español "

A pesar de los gritos y silbidos de el resto de la delegación española los portadores siguieron con su bandera no oficial en lo alto.

Durante varios minutos se prolongaron los abucheos e insultos mientras los policías y bomberos españoles ondeaban numerosas enseñas nacionales. 

Todo ante la atónita mirada de  los participantes de otras delegaciones.

En mi opinión el gesto independentista  sobraba y el resto de españoles  perdieron la razón cuando convirtieron  sus cánticos en insultos.

¿Qué imagen es la que estamos dando? ¿ Que pensaría toda esta gente de nosotros?

Denigrante. Una vez más los españoles hemos dado el cante, pero no positivamente.No.
Sino por mostrar nuestra división de cara al exterior. 


El pésimo espectáculo


Casi todo el mundo vive el fútbol como algo más que un deporte, vive el fútbol como una forma de estar, una forma mediante la que expresarse y sentir experiencias únicas.
Algunos lo llevan por el buen camino, es decir, rivalidad sana, aplausos si el equipo contrario gana y, por supuesto, aplausos para los suyos si terminan siendo los que se llevan el gato al agua.

En España siempre hemos intentado que esto suceda. Así que, ¿qué narices nos está pasando?
En los últimos clásicos del deporte rey (y hay que decir que también de todo el mundo) hemos sido testigos de numerosas tanganas, insultos y provocaciones. Eso para terminar en serias agresiones que seguro, desembocarán en sanciones y más prejuicios para el fútbol español.

sábado, 27 de agosto de 2011

De locos


Al fin ha terminado la JMJ 2011 celebrada este año en Madrid. Una reunión de jóvenes fieles en la que hemos podido ver de todo. 
Calores incontrolables que se atenuaban con las ganas de vivir de muchos chavales insaciables de aventuras, voluntarios que disfrutaban ayudando al gentío, visitas de personas muy importantes en el panorama mundial y hasta alguna que otra actuación musical.
La capital española ha tenido un color especial durante el mes de Agosto, y es que ha tomado el colorido de las miles de banderas que se han encontrado en los alrededores de la ciudad.

La visita del Papa ha dejado emotivos mensajes siempre que debía hacer declaraciones, mil y una veces agradeciendo el apoyo de la ciudad, de los jóvenes voluntarios y de los muchas personas de otros países que han viajado a España con el simple (que no fácil) objetivo de verle.
El increíble ambiente del que disfrutaba Madrid desde la embajada del Vaticano hasta la plaza de Colón no hacía más que encender los ánimos de la cantidad de almas que se guardaban en la capital.

Pero si hay algún sitio donde se puedas fastidiar un gran evento mundial, ese está en España. Me refiero a las pésimas manifestaciones en contra del catolicismo que se produjeron en el corazón de la metrópoli, ¿Que por qué razón pésimas? 
Pues porque vivimos en plena sociedad que agoniza por la libertad de expresión (que se los digan a los organizadores de la fiesta del orgullo gay) y después no sabe aplicarla.
Me parece una postura tan inmadura que no podría como explicar lo que me alegro de los cristianos plantaran cara a esta gentuza en algún momento de la tarde.

A ver, ¿qué es lo que pedís exáctamente? ¿Pedisteis libertad de expresión? ¿Y qué hay de malo en que un grupo de persona manifieste su fé? Estoy seguro de que si la fiesta que se hubiera celebrado fuera del islam, la gente no haría nada para que no le tacharan de racistas ni de opresores. 
¿Pedís dinero? ¿Y qué creéis que ha dejado en las arcas la visita del Papa? ¿Lenguas de fuego? No señor...

El problema no es la sociedad, si no cómo piensa ésta. Creen que vivimos en un mundo en el que dejar bailar en mitad de la calle en personas medio en pelotas refleja la libertad futurista (y lo digo desde el más sincero respeto) pero no se puede manifestar una creencia aunque sea en su fiesta más importante del año.
Que si, que somos ultra-pros, que somos la forma de pensar del mañana, que si tal que si Pascual (esta última frase por cortesía de Mariam) pero no podemos permitir que alguién disfrute de su fiesta universal de más importancia una semana por su forma de pensar.

Pues eso, de locos.

viernes, 13 de mayo de 2011

Una vuelta real

Caminaba por las calles de Granada, más en concreto por el Albaycin, autopista blanca y florera donde las haya. Me observaban antiguos balcones desde las bajas y pedrosas casas y viviendas. Tal estrechez me inspiró, me hizo meditar, ¿Qué haría yo allí, paseando? No, esperen, esa no es la duda existencial que se me pasó por la testa, paciencia, que rememore...
Recuerdo los complejos y -algunos- horteras azulejos que abundaban en las tiendas y ventanales. Recuerdo paredes grises y puras a la vez, recuerdo el cielo azul, grandes nubes y algún que otro árbol. Recuerdo, si, recuerdo al fin los complicados pensamientos internos que llegaron a mi alma; ¿Qué haría paseando ahí, mientras la injusticia peleaba y reinaba en el mundo?

Decidí volver a casa, en pleno centro de la ciudad, y escribir un artículo de protesta para el periódico. Dí la vuelta y vislumbré el paisaje pasado.
Un niño, con una piruleta colorida, trotaba feliz y airadamente hacia mí, doblando la esquina. ¡Dulces sonatas en mi mente! Cuando era menudo, jovencito, y mi sueño era probar una de esas espirales destroza dientes y manzanas repletas de caramelo.
Vuelvo al mundo real; el chico había desaparecido, y en la calle mandaba el silencio, cuál desierto del Sáhara pero en villa.

Quiero plantear el texto; ¿Qué tema abordaré? Existen muchos e interesantes debates en este universo marrón y azul. Quizás me decante por la iglesia católica... no, espera, una compañera ya realizó un artículo sobre ésta. ¿Qué tal la situción de España? ¿La sociedad? No, escribo demasiado sobre el tema. Debo alcanzar un nuevo estilo literario, promoverlo, inventarlo. Ni que fuera Larra, parece que mi ego quiere explotar, pero no le voy a dejar. Me decantaré por una reprobación.
Ajusté mi corbata y seguí andando. Había dejado atrás todo el paisaje albaycinero, y llegaba a la moderna, reformada, y a su vez anticuada Gran Vía de Colón.
Es impresionante la arquitectura moderna -contemplo el alumbrado adornado con típicos faroles granadinos- combinar lo histórico con los avances contemporáneos es algo especial, y poder hacerlo, más. Que belleza, que limpieza, que esplendor.

Debo continuar preparando la escritura ¿Sobre qué podría escribir un joven hambriento de debates? Sería muy hipócrita hablar sobre África vestido totalmente de lino, no es mi estilo, tomaría el color de algo sin gracia alguna y falso. ¿Sobre televisión? No, también he hablado sobre ello alguna vez. ¿Deportes? Tampoco, es arroz pasado, pues no es nada nuevo con lo que sorprender. Quizá sobre el sistema educativo... No me convence. ¿Y sobre los toros? Ya es un tema abrasado.

Agonizaba ya de tanto revolverme en mis adentros, decidí abstraerme y disfrutar del medio. Lo único malo era que lo más agradable para escuchar era el sonido de ruidosos coches y runruneantes motos, lo que me confesaba que ya estaba cerca de mi hogar, y como siempre, la contaminación, tanto ambiental como acústica, me recibía con los brazos abiertos.
Lo único interesante que comprobé fue la canción de un vehículo de bomberos, que corría en busca del incendio más cercano.
No quise perderme el espectáculo, así, me percaté de por dónde giraba el camión. Sorprendéntemente, tomó el córner de mi calle, y, sin pensarlo ni un segundo, corrí hacia la desgracia, que al parecer, estaba cerca de mi casa. Y cuando alcé la vista arriba, justo donde se encontraba mi balcón, supe al instante que tema iba a abarcar, esta noche, posiblemente en un Hostal y sin mi ordenador.

martes, 19 de abril de 2011

Contracorriente

Es de vital importancia y más aun en nuestros tiempos que preparemos defensa "ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros".
Digo esto porque estamos viviendo tiempos difíciles donde la palabra de Dios se "transgiversa" y mal interpreta continuamente.

La mayor parte de la población de España (un 73,2%) se declara católica, de los cuales solo un  29,2% son practicantes. Esto me desconcierta ya que en la actualidad la iglesia vive continuamente perseguida. Por eso me pregunto ¿se puede considerar a España como un país católico?
Esta pregunta hiere el alma de todo español con cierta cultura histórica y de todos los cristianos que  nos consideramos miembros de la iglesia.

Vivimos en un país donde todo lo que huele a religión quiere ser erradicado. Donde una cría de 16 años que ni si quiera tiene suficiente poder como para asistir a una excursión sin autorización paterna o goza de la libertad de tomarse una cerveza, tiene el poder de decidir sobre la vida de otro ser humano.
Vivimos en un país que obliga a quitar los crucifijos de los colegios públicos. Un país que no quiere corridas de toros, un país corrupto con políticos  que roban, cuando digo esto os puedo asegurar que ninguno de los bandos se libran, vulgarmente " todos los partidos están enmierdados"

¿Y qué debemos de hacer nosotros los cristianos? ¿Qué debemos de hacer ante tanto desbarajuste?
La religión católica defiende la vida, el amor, la verdad, no tiene ánimo de lucro ni espera adquirir poder. Por eso debemos predicar con el ejemplo, luchando por lo que creemos que es Dios, sin atacar a aquellos que nos acusan y sin permanecer impasibles ante tanta injusticia, ¡ que se note que estamos aquí!.

Pero que os voy a decir yo que parezco haber llegado a la  eminente sapiencia  de no entender absolutamente nada  de lo que pasa. De no encontrar mayor desconcierto de saber que carecemos del apoyo del poder político y que este de una forma u otra intenta oprimirnos.
De  encender la tele y solo ver  sandeces que intentan evadirnos de la cruda realidad a la que nos sometemos los españolitos de hoy y a la que tendrán que enfrentarse también los del mañana, porque esta situación parece no tener arreglo.

Escribo esto en tiempos de semana santa, donde sientes de una forma más profunda esa fe en Jesucristo y  te ves con fuerza para reivindicar tus derechos como creyente. Es por esto que acabo con esta frase que encarna muy bien la situación en la que nos encontramos “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. Aunque lo supimos siempre; más grande vuestro amor nos mostrasteis, en la suprema hora de la muerte.

martes, 12 de abril de 2011

Una de princesas y príncipes

Belén Esteban
Desde que Telecinco emite "Sálvame" los españoles no hacemos más que quejarnos de las porquerías que nos venden y que parece que tenemos la obligación de asimilar para poder disfrutar de nuestra señal digital.
Sin embargo, el programa es líder de audiencia todas las tardes, esto es, posiblemente, por todas las adorables ancianas y amas de casa que solo buscan un momento de serenidad para no perderse la última de las desventuras de "la princesa del pueblo" (término que, por cierto, saca de sus casillas a más de uno).
El éxito de Belén Esteban no ha sido si no, producido por el boom de la prensa rosa. La incultura, dejadez y las críticas se apoderan a ritmo de la luz de nuestro aparato electrónico más preciado, con permiso del móvil.
Muchas veces la culpa recae en los dirigentes de la cadena, aunque en realidad ellos hacen lo que deben hacer, ganar cuantioso dinero a costa de nosotros.
El principal problema de estos programas no es ya la mala imagen nacional que dan, si no las generaciones y generaciones en las que van a influir, que, moviéndose actualmente entre la delgada línea de la ignorancia y el fariseísmo, retrasan esta nuestra comunidad española.

Hoy ha saltado la noticia en Madrid, la nueva propuesta de la alcaldía se trata de crear un "bachiller élite", es decir, separar a los alumnos que tengan más de un 8 de media en la Enseñanza Secundaria Obligatoria, para que tengan los mejores profesores y condiciones, además de conseguir motivar a los aventajados estudiantes.
Parece ser, a primera observación, que una bombilla se ha encendido entre nuestros corruptos políticos. A lo mejor comienzan a asomar luces en el horizonte.
Lo cierto, es que ahora mismo, la ley dicta que todos los alumnos deben ser tratados por igual, aunque en realidad, ya eran muchos los institutos que se saltaban esta regla antes de salir esta proposición.

Sin embargo, las consecuencias podrían ser bien distintas. ¿Que profesor se tendrá que tragar a aquellos alumnos que no aprueban si quiera la ESO? Que quién no tiene interés no va a lograr acatarlo nunca. ¿No se estarían dando facilidades a los menos aventajados? ¿Es justo que aquel que obtenga un 7 de media se quede atrás?
Podríamos decir, entonces, que lo que falla no es la ley dictada actual, si no nosotros y la poca cultura de esfuerzo que tenemos.

Muchos de ustedes ahora mismo se estarán preguntando que tienen en común esta ley y el programa de Telecinco del que venía hablando antes.
Pues si, si que tienen que ver, mucho. Si estamos como estamos, en pleno retroceso cultural (y mental...), no es más que por un bucle infinito de desdichas, vagueza y tontez.
Y es que, señoras y señores, debemos luchar por cambiar la sociedad, no por cambiar el gobierno, que al fin y al cabo seguirá siendo llevado por los mismo incompetentes años tras año.

lunes, 4 de abril de 2011

Sátira inmigrante.

¿Se nos tacha de racistas por reclamar nuestros derechos como españoles? ¿Debe ser  España un país que llama a los inmigrantes o por el contrario si cerramos nuestras puertas se puede decir  que es un país xenófobo?

El fenómeno de la migración ha sido una constante en la historia mundial. Sin embargo, en la nueva era de la globalización, se ha convertido en un asunto de especial trascendencia.
Si contemplas la sociedad actual puedes cuestionar te algunas preguntas y te planteas si verdaderamente España es culpable de su situación de crisis, donde nos movemos únicamente por el dinero, y donde intentamos levantar algo que ha quedado totalmente destruido como es nuestra economía. No estamos pasando por un buen momento, pero aun así, contamos con la presencia de 5 millones de inmigrantes y los españolitos permanecemos impasibles frente a tanto desconcierto.

Tenemos también la obligación de secundar  a estas personas y de ofrecerles todo tipo de ayudas, estas llegan a ser tan grandilocuentes que incluso ocupan nuestros puestos de trabajo. ! Pero que osadía!, mientras que otros países han terminado ya con esto, nosotros seguimos siendo reclamo para estas personas, que pensando que encontraran aquí el paraíso, descubren una realidad totalmente distorsionada, pero claro, una vez pisada tierra española hallan quizás el amparo que no les aportaba su anterior vida, es por eso que optan por quedarse; y nosotros como dicta la ley debemos abanderarlos. Pero también pensemos ¿Si un empleo  se ofrece a un nacional y no hay quien lo cubra, se debe recurrir a los extranjeros? Digo esto porque en muchos casos los españoles aún estando en crisis rechazamos puestos de trabajo que solo un inmigrante aceptaría.

Quizás consideremos que  nosotros estamos capacitados para hacer trabajos más cualificados, cosa que sinceramente apenas demostramos por los índices de estupidez que a mi parecer ocupan los políticos de hoy. Pero aún así digamos que la mayoría de estos expatriados tienen un gran espíritu de esfuerzo y a pesar de encontrarse en tierra extranjera hacen todo lo posible para salir a delante y asegurar su porvenir y el de sus allegados; es por esto que también nos quejamos de vicio, y nos quejamos sin aportar ninguna solución al problema.

Desde la humilde opinión de una chica de 16 años, que escribe esto por su indignación con este mundo, en el cual no entiende nada, he de debatir, aunque sea conmigo misma que no es cuestión de hacer una ley que prohíba su entrada a nuestro país, no es cuestión de tratarlos incluso mejor de cómo se trata a un español, la cuestión está, en que si cada país del mundo aportase tales desmesuradas cantidades como malgastan en armamento bélico, en preservativos para adolescentes, en campañas absurdas  y superfluas u otros disparates en ayudar a estos países necesitados y a estas personas que como último recurso arriesgan su vida para venir a un lugar incierto, se podría afirmar que este fenómeno llamado inmigración no se daría.

Esto demuestra el mundo de egoísmo e individualismo en el que nos ha tocado vivir. Es  por eso que  debemos  preocuparnos más de dar respuesta no solo al hoy, sino también al mañana de la inmigración, buscando soluciones coherentes a dicho dilema que está perjudicando notablemente a España.